lunes, 6 de mayo de 2013

MATCH POINT







" ...Aquél que dijo, más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida. La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte. Asusta pensar cuántas cosas escapan a nuestro control. En un partido hay momentos  en el que la pelota golpea el borde de la red. Y durante una fracción de segundo pude seguir hacia adelante, o caer hacia atrás. Con un poco de suerte, sigue hacia adelante. O...no lo hace, y ...pierdes."


En cierta ocasión, me preguntaron a quién elegiría para compartir una cena, una velada y una conversación por lo tanto, como acompañante.  Una de mis opciones, fue Woody Allen. Las demás, me las guardo para mí, ya que no son fáciles de comprender. Tuve que dar explicaciones, y pensé...a mí nadie me ha dicho que después de la conversación habría algo más...por lo tanto...no, no es precisamente la conversación lo que me interesaría de la velada con Brad Pitt. Claro que, tal vez fui más allá, y tuve que rectificar algunas palabras, ya que, hoy aun es el día en que hasta mi madre, se ríe y me recuerda a uno de mis magníficos acompañantes de conversación...

La cuestión, es que no me puedo hacer a la idea de lo rápido que tiene que ir su mente, para que prácticamente todos los años tenga una nueva idea, un nuevo guión y por lo tanto...una nueva película, que en la mayoría de los casos, se convierten para mí en unos 120 minutos de maravilloso buen gusto. No todas son espectaculares, está claro (me llevé una pequeña decepción con su último estreno A ROMA CON AMOR...pero ésta que os presento hoy, completa para mí, la cúspide de la piramide de sus pequeñas joyas.

Una película de 2005, dirigida pero no interpretada por él, que no fue premiada como se merecía. A pesar de las pésimas estatuíllas de la Academia de 2006.

Una historia contextualizada una vez más en un ambiente económicamente acomodado, en una maravillosa ciudad como lo es Londres, y con un ingenioso guión al que acompaña en cambio una banda sonora diferente a la que nos tiene acostumbrados. Por primera vez, abandona el JAZZ, y nos envuelve en la tragedia de la ópera, para expresarnos con más sentimiento cada segundo de la historia. Y crea de esta manera, la que podría ser una perfecta trama con su incio, nudo y desenlace de una grandiosa Ópera de Puccini.
No es por tanto, casualidad que nos encontremos con DESDEMONA de OTHELO, FIGLI FIGLI MIEI de MACBETH cuando el personaje principal tiene que elegir entre su mujer o su amante (la sexy sobreactuada, para mi gusto Scarlet Johanson) o UN DI FELICE de LA TRAVIATA, a lo largo de esta maravillosa película que trata sobre LA SUERTE.


Y así, el protagonista de este historia, os hará pensar sobre si la suerte existe...o ¿sois de los que pensáis que la suerte la hace uno mismo?...y sin más presentación que ésta, porque no hay nada más que yo pueda aportar que esta película no muestre, puede que os deje como me ocurre a mí cada vez que la veo, una extraña sensación de injusto alivio al verla, mientras JONATHAN RHYS MEYERS deja perder su mirada en la maravillosa panorámica de Londres y suena UNA FURTIVA LAGRIMA de la ópera de DONIZETTI: L'ELISIR D'AMORE, en la que dice:


"Una furtiva lágrima
 en sus ojos despuntó
 aquellas alegres jóvenes
 envidiar pareció
 ¿qué más buscando voy?
¿qué más buscando voy?..."



Un recintemente estrenado y orgulloso abuelo, saca una botella del mejor champán francés y mientras lo sirve en las copas, pronuncia un brindis: 

"-Por Terence...con padres como Chloe y Chris, este niño será fabuloso en todo lo que se proponga...-
-Me da igual que sea fabuloso...sólo espero que tenga suerte...-"



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